Estas características son parte de las habilidades blandas que son altamente valoradas por el mercado laboral.
Tener un buen empleo o destacarse en la educación superior no sólo depende de un historial de buen rendimiento. La sociabilidad y puntualidad son igual de primordiales.
Excelentes calificaciones no son señal de éxito educacional ni financiero a futuro, según explica la profesora de la Universidad de Illinois, Christy Lleras. Los alumnos más participativos en talleres extracurriculares, con hábitos de trabajo y socialmente más hábiles resultan tener más logros que aquellos que tienen buenas notas, pero que no participaban en actividades y además eran más reservados.
Lleras analizó el nivel de logro obtenido después de 10 años, por estudiantes que durante la enseñanza secundaria habían destacado por sus buenas notas, en comparación con los que no les había dio tan bien: los primeros no ganaban tanto dinero ni habían ascendido educacionalmente como los otros.
Lleras explica que muchas veces las habilidades blandas son mejores predictores de triunfo que las notas. Ser puntual, llevarse bien con el resto y ser sociable son parte de esas habilidades blandas que hoy son altamente valoradas por los empleadores. Según la profesora, esto no significa que no haya que darle importancia al rendimiento, sino que hay que fijarse en ambas tipos de competencias cuando se trata de vislumbrar el futuro de un estudiante o advertir sus capacidad.
Nuestra Opinión:
Con respecto a este artículo, estamos de acuerdo en gran parte con esto, ya que no solo porque lo pensamos así, sino también porque conocemos varias situaciones relacionadas con este tema.
Las personas somos individuos capaces de realizar diferentes tipos de actividades, tenemos una posibilidad casi ilimitada para realizar diferentes tipos de cosas; si bien es cierto que poseer una capacidad de inteligencia muy desarrollada ayudar y favorece mucho a la persona a la hora del estudio, en el colegio y la universidad, no obstante en ser humano posee otras características que son, en la actualidad, necesarias y altamente valoradas en el mercado laboral. La capacidad de inteligencia en las personas a la hora de conseguir un empleo es un punto a favor muy fuerte, pero la sociabilización, tener un carisma agradable, poseer un porte sociable con los demás, y tener predisposición para realizar distintas habilidades, también es muy importante y hoy en día cuenta demasiado. Deberíamos encontrar un equilibrio favorable entre estas dos cuestiones, seria lo ideal.
En el dia de hoy vamos a seguir trabanjando con los valores como hicimos anteriormente con sociabilidad. Solo que ahora trataremos:
PRUDENCIA: La prudencia es una virtud de la razón, no especulativa, sino práctica, la cual es un juicio, pero ordenado a una acción concreta.
SOCIABILIDAD: Este valor es el camino para mejorar la comunicación y da adaptación en los ambientes más diversos.
VALOR DE FAMILIA: se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar en la familia.
CUENTO
Cuando vas a San Miguel de Tucumán y preguntas, quien es la joven mas bella de todo el lugar; todos sin dudar contestan que es Francisca; todos, menos Francisca que mueve su cabeza de un lado hacia el otro y piensa en su hermana
Nadie conoció a Lucrecia, pero era claramente la más bella de las dos hermanas. Ambas nacieron en San Andrés, un pueblo muy alejado de la ciudad; y compartieron su vida juntas durante años.
Como no conocían ninguna joven de la ciudad, se preguntaban si serían inteligentes o no, si se vestían más lindo que ellas o no, si eran afortunadas o desgraciadas. Y tanto y tan seguido era ese pensamiento, que terminaron estando convencidas de lo poco inteligentes, lo feo que vestían y lo desgraciadas que eran, de modo que ninguna de las dos se atrevía a asomar sus narices por la cuidad, y se dedicaban a lamentarse por su suerte. ¿Cómo iban a presentarse al mundo siendo tan desastrosas? ¿Qué les dirían los demás? ¿Y si las rechazaban o se reían de ellas?
Hasta que un día Francisca, cansada de estar en el mismo lugar y no conocer mas que la vida de ese pequeño pueblo, consiguió reunir el valor suficiente para salir de San Andrés. “Trataré de ser amable y alegre, así puede que disimulen mis defectos” se dijo, y pensaba ya decidida a salir del lugar. Francisca insistió incansablemente a su hermana para que fueran juntas, pero Lucrecia no se sentía capaz de superar esa timidez, y aunque sentía ganas y curiosidad por conocer, decidió quedarse en casa.
Cuando Francisca dejo su casa, y se encontró con ese mundo diferente al que ella había conocido siempre; su vida dio un giro inesperado ya que hizo muchísimos amigos, comenzó a estudiar en la facultad, se dio cuenta que era muy talentosa. Aparte de un carisma angelical, tenía una belleza incomparable a la de las demás mujeres. Un día en la facultad se armo un enorme revuelo por Francisca, sus amigas no podían creer, se convirtió en una modelo famosa y tuvo que viajar es por eso que vivió en Buenos Aires un largo tiempo. Francisca feliz por todo lo que estaba viviendo, fue a buscar a su hermana, al llegar a San Andrés; vio tan distinto a su pueblo, a lo que era la ciudad en ese momento, que hasta le dio pena ver como vivían las personas allí teniendo todas las posibilidades de cambiarlo todo. Hablo y hablo con la gente del lugar, busco su casa una y otra vez; y no consiguió dar con su hermana; pareciera que el tiempo la había consumido de a poco.
Y allí siguió Lucrecia, escondida en San Andrés, llena de miedos, de prejuicios, sin saber que si decidía salir y mostrarse tal y como era todos verían lo afortunada y hermosa que era.